Conozco tu conducta -recuerda Juan-
no eres frío ni caliente (Apoc 3, 15)
ciertamente
no nos hemos rendido
a las obras muertas del mal
pero por otra parte
no estamos en la ardiente
búsqueda del bien
somos como esos
que miran con asombro
un abismo tan profundo
que no se puede encontrar
su fondo
pero que también
levantan sus ojos
a las cimas de
inalcanzables montañas
y estamos en medio de eso
irresolutos
inconstantes
y sin comprometernos
somos como esos vientos
moderados y suaves que soplan
pero que no traen alimento para nadie
comenzamos, pero no terminamos
tocamos la superficie del bien
pero no nos llenamos de su perfección
aspiramos el apetecible aroma de los alimentos
pero no dejamos que toquen nuestros labios
o que llenen nuestro estómago
corremos el peligro de secarnos por la apatía
de convertirnos en cañas vacías.
Hildegard Von Bingen
Una gran mujer en una época muy pequeña
que ella supo abrir http://es.wikipedia.org/wiki/Hildegard_de_Bingen
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