Soñé con un fuego que hacía espamento en el terreno, no sé en cuál, sólo entiendo que era un lugar fugaz, porque las llamas se comieron todo.
Lamentablemente la realidad no es lo que uno quiera que sea. La luz o el sol son meros condimentos para la alegría, únicamente reflejan el optimismo. Estoy nervioso, los Hombres de la Noche arrastran todo cuando pasan. Estoy más que nervioso, estoy muy tenso, la lluvia no cesa y yo estoy atrapado en la calle más abierta. Siento cómo el mundo explota todos los días, se nota, lo pueden ver sólo con mirar un poco afuera. Escribo rápido para que no se escapen las ideas, una vez que estoy inspirado lo aprovecho como puedo. Las ideas, el ideal, las ganas de ver un mundo mejor. A las ideas se las come el poder. Al ideal lo pusieron preso cuando mataron al heroe de ayer que por suerte todavía brilla. Pero también están los Hombres del Día, aquellos que se visten elegante y te estafan, te mienten, te sacan todo. El estado es una burbuja que absorbió todo. Los Hombres del Día son parte de esa burocracia que te rompe las ganas. Y los Hombres de la Noche piensan por todos, piensan por vos y a veces por mí, hacen y deshacen desde sus escritorios.
Soñé que me desconectaba de los proyectos de los otros, que me desprendía de las garras de las coorporaciones.
La realidad es lo que otros quieren que sea. No sé quiénes son, no sé quiénes responden por ellos. Sólo entiendo que hacen todo el mal posible en pos de su bienestar.
Una vez distribuyeron los recursos de este país. Miren quién tiene nuestra alegría. La usan unos todo lo que la tienen que usar y después la tiran. Perdí mi alma, me la perdieron en el camino del dolor, en esta angustia de cada día y cada noche. Qué espacio habrá para respirar, mejor no me fijo, no quiero que me maten pronto. Las armas las tienen, el saber lo tienen, el poder lo tienen. Yo quiero una voz, algo que me permita decirlo. Me da lo mismo si hay un llanto detrás de esa voz quebrada, de esos dichos rasposos. Yo quiero que a la música no se la apropien.
Arte y palabras.
Quiero renacer el alma, que el vacío no llegue a inundar el espacio. Que no llegue al horizonte, a la utopía por exelencia. El sistema es este, no pidan una mejoría si se sobreentiende que así funciona, le saca todo a la mayoría y algunos lo concentran. Es así, este es el sistema, no habrá ni distribución ni nada.
Soñé que podía avanzar y encontrarme. Me desperté confundido en un mundo que ya repartió las cartas.
Al punto de la resignación, tiré el bosquejo de mi vida.
Otra vez ganaron los mismos.
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