Jugaste,
mentiste,
fallaste,
no viste quien soy.
Amaste,
te fuiste,
curaste,
pediste perdón.
Alguna vez
algo tenía que pasar
(no sé si lo entenderás).
Yo siempre estuve aquí,
no sé que hiciste en mi.
Porque mi vida es tan triste,
yo se que existe la voz (la voz).
Pediste perdón (perdón).
Mi vida es tan triste,
yo se que existe la voz, (la voz).
Y mi canción -yin yang-
Ahora yo sé
que mi vida es plena
por cada tristeza transitada
aprendí a ser simple en la sonrisa
hoy estoy más abierta, libre y completa
que en cualquier otro cuadro de mi imaginación.
Todos los poemas regalados,
entregados con amor y amor eterno,
amor de amistad, de madre, de hermana,
de amante, de hija, de fuego, de paz; están volando.
No son ciegos.
Por qué desaparecen,
quizás se los roben mientras sueño,
o solo cambien, no sé.
Aprendí a no apegarme a los deseos,
ni a las buenas intenciones.
Por eso no te espero.
Nada espero.
Avanzo, actúo, vivo
y a cada instante rompo el límite previsto
el límite de lo incierto
Lo imposible está al alcance.
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